
Nuestra rutina con
Nora nos ayuda a no pensar en el ingreso que se avecina, y eso me permite estar tranquila la mayor parte del tiempo. Para mi hoy el día ha
empezado - bien y con ganas- cuando fui a buscar a Nora a la guarde. Es un buen momento
porque ella, sin ser una niña especialmente cariñosa, se tira a nuestros brazos
cuando nos ve llegar. Es un instante muy placentero, tanto que incluso hoy nos hemos
"retado" Nacho y yo para ver quien iba a buscarla...jeje. Finalmente
he ganado yo. Todo parece indicar que los niveles de Nacho están cayendo en
picado, y hoy ha estado especialmente cansado y con malestar. Y aunque ha hecho
todo lo posible para recuperarse un poco y poder venir con nosotras a pasar la tarde al sol,
sus bajos niveles de hemoglobina y plaquetas con sus respectivos crueles
efectos sobre el cuerpo comienzan ya a no dejarle hacer una vida relativamente
normal, y hoy no ha podido salir apenas a la calle.
Aun así, Nacho nos ha
estado esperando con ansias en casa, y ahora mismo está en la bañera con Nora.
En este preciso momento estaba pensando cómo una persona con la hemoglobina por
debajo de 7, con no más de 10.000 plaquetas y con toda la tensión de este delicado momento, puede meterse con esa sorprendente
vitalidad en el juego de una niña de dos años. Nacho se guarda la poca energía
que tiene para estar con Nora, incluso cuando sabe que le van a poner
hemoglobina, ya antes de que se la pongan empieza a pensar y a planear que hará
esa misma tarde con su hija. Por eso pienso que a pesar de todo es una niña increíblemente
afortunada, pues lo es todo para su papá.
Que duermas bien pequeñina. Seguro que si: papá te está durmiendo con vuestra canción de los cinco peces...