Para que entienda, dentro de unos...o muchos años, como se sintió un día su padre.
Y para todos los que han sentido en algún momento que su vida se esfumaba: a los enfermos, pero también a sus acompañantes infatigables.
Como siempre, Maite, mi buena amiga Maite, compartiendo con sus compañeros del foro lo mejor de sí: la intensidad con la que siente y vive su vida, y la de los demás. Gracias Maite, por todo.
Hubo un momento...
Hubo un momento en que sentí que el sufrimiento era infinito, el dolor eterno y el desánimo crónico. Hubo un momento en que me vi obligada a exiliar, más allá de mi misma, sueños, ilusiones y proyectos porque me ahogaba la melancolía. Hubo un momento en que el ahora me hacía temblar el alma, el ayer me consumía de añoranza y el mañana agonizaba sin remedio. Hubo un terrible momento en que quedé impregnada de una venenosa soledad.
Luego vinieron los momentos en que la vida dejó de dolerme, se dormían los tormentos y despertaban los sentidos. Hubo un momento en que pude levantar la vista y mirar el mundo de frente. Hubo un momento, genial, en el que me sentí responsable del cariño de los míos, ebria de agradecimiento. Hubo un momento donde el mundo quedó alojado en la sonrisa de un médico, mientras se despedía de mí, en la certeza de no verme durante largo tiempo.
Todos los momentos vividos desde el diagnóstico de la enfermedad forman un crisol que llevo conmigo, tan vital como el respirar. Porque… hubo un momento en que creí que no habría más momentos.
Maite (Mensaje publicado el día 26 de Febrero de 2012 en el Foro de la Fundación José Carreras contra la leucemia).
Y que levante la mano quien no esté echando una lágrima después de leer esto.
Besos
Cómo no echar la lagrimina? Es emocionante. Gracias, Maite
ResponderEliminarGracias Carmen por compartir este texto con nosotros y gracias también a su autora Maite.
ResponderEliminarBesosssssssssss
yo no la levanto que estoy muy llorona. Bss
ResponderEliminarNuestra querida Maite como siempre nos emociona con sus escritos.
ResponderEliminarNo solamente se nos salta las lágrimas sino que nos pones el vello de punta.
Un besazo muy grande a los tres.
Uff... lloré al escribirlo, al colgarlo en el foro y ahora las lágrimas apenas me dejan contestar el mensaje. Y me temo que la peque Nora, tambien se llevará su ración de lágrimas. Pero serán de alivio, de alegria, de un orgullo infinito hacia sus padres.
ResponderEliminarGracias mi niña por este regalo.
LLorar de felicidad. La felicidad de leer buenas noticias y que la esperanza reine por fín. Os deseamos lo mejor del mundo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Yolanda