jueves, 5 de julio de 2012

¿Dónde se esconde mi miedo?

Últimamente mucha gente me pregunta ¿cómo estás? ¿qué tal los ánimos?. Y mi respuesta siempre es la misma, y os prometo que ni miento a la gente ni me miento a mi misma. Por fin, y despues de algo más de un año, estoy tranquila. Imagino que las personas que han pasado por mi situación, aquellas que han tenido que acompañar a personas muy enfermas con las que tenían un vínculo emocional muy fuerte, me entenderán, más o menos, pero sabrán seguro de lo que hablo. Cuando me dicen que el nacimiento de un hijo cambia la vida me da mucha pena. Me da pena de mi misma, por pensar que con 26 años tuve que conocer que significa que te cambie la vida. Y me da pena de las personas a las que les cambia la vida de golpe, como a Nacho. Y sobretodo, me da pena de las personas a las que nunca les ha pasado algo tan fuerte que han sentido su vida tambalearse.
La mia, por desgracia, empezó a tambalearse con el diagnóstico de la enfermedad de Nacho. Recuerdo cuando Nacho me llamo, un 3...4 de Febrero de 2009, dos horas despues de hacerse una analítica de control, para decirme que su médico de cabecera le había llamado para citarle en unas horas, a eso de las 14:00 del mediodia. Me llamo con esa voz calmada que él pone cuando está temblando por dentro e intenta controlar sus emociones para que desde fuera no se perciba su miedo, su debilidad. En ese momento yo hice como que no pasaba nada, colgué el teléfono y empecé a ponerme muy nerviosa, angustiada y ansiosa. Sabía que algo no iba bien. A las 14:00 horas ya estaba yo esperandole en la puesta del ambulatorio. Nos enviaron a urgencias, llamé a mi madre, fumé mucho. Luego vino mi padre. Cada x minutos entraba a ver a Nacho y haciamos planes de futuro juntos: "nos vamos en mayo a Senegal? si...pero tambien estaría bien irnos a Nicaragua como planeamos...". Pero nuestras voces tenían un tono de angustia que expresaban el miedo que teníamos, producto de la certeza de que algo iba mal. Al rato le subieron a la habitación. Allí Nacho me dijo que él creia que tenía leucemia, y yo tambien lo creía. Era tal el dolor y el miedo que no podiamos mirarnos a los ojos. Y decidí irme, casi sin despedirme. A partir de ahí...ciclos de quimio fallidos, ciclos de quimio exitosos, trasplante...RECAIDA.
Despues de su recaida en Septiembre de 2010 eran todo miedos, nervios. Cada día que había revisión era un día perdido para mi, pues el miedo a las noticias me paralizaba. Alguna vez hubo buenas noticias, pero duraron poco. Llevamos desde Octubre de 2011 sin que la leucemia de Nacho remita, con tres ciclos de quimioterapia sin respuesta, con las correspondientes revisiones y análiticas en todo ese tiempo, y el miedo paralizante que me provocaban.
Pero hace un mes que no me siento paralizada en ese sentido. Ya no me dan miedo las análiticas, ni las revisiones, ni las malas noticias. He llegado a sentir la expresión "me la resbala". Me he vuelto muy fría con la leucemia, ya no me paraliza, no me produce esos nervios incontrolables que te hacen pensar que vas a perder el control en cualquier momento.
Ahora estoy tranquila. Y cuando la gente me pregunta ¿cómo estás? siempre digo, estoy tranquila y mentalizada (no preparada) para todo. Si finalmente este trasplante funciona y conseguimos que la leucemia desaparezca de nuestra vida, me llevaré una de las mayores alegrías de mi vida, pues ello implicaría que Nacho ha dejado de sufrir y que va a poder hacer lo que más desea en esta vida: ver crecer a Nora.
Y si sucede lo contraría seguiré viviendo, mejor o peor, pero viviré. Y eso implica que voy a ver crecer a Nora. Y la respuesta de la gente siempre es la misma: "1) sois unos campeones; 2)saldreis de esta; 3)tienes que ser positiva". Y aquí suelo acabar mi conversación, pensando...; 1) No quiero seguir siendo fuerte, ni ser una campeona...quiero una vida normal, con preocupaciones débiles; 2) claro que saldremos de esta, esto se acabará. Ojalá sea cuando Nacho se cure, pero, si no es así, esto se acabará igualmente y la vida continuará; 3)no soy optimista, ni pretendo serlo. Me conformo con haber aprendido a ver que la vida me   da palos, al igual que lo ha hecho con otra gente, y que aún me puede dar palos mucho más gordos, al igual que ha hecho con muchos compañeros, o que pensaba... que el dolor, pasarlas canutas...pero canutas de verdad, era cosa de otros?
 Con esto no quiero decir que pase lo que pase me ponga a caminar a la ligera, no. Seguro que sufriré muchísimo, más de lo que ahora puedo llegar a imaginarme. Pero, ¿hay algo más triste que ver a una persona pelear por vivir, mientras una enfermedad va arrebatándole poco a poco la vida? ¿hay algo más duro que tener que responder a la pregunta ¿ tu crees que me voy a morir? entre lágrimas de miedo y desesperación? Creo que no. Bueno si...que se trate de un hijo en vez de tu mejor amigo, pareja y compañero de...todo.
Durante este último mes me he hecho inmune al dolor que me provocó durante mucho tiempo la leucemia. Pero no es mérito mío, ni de mi cabeza, ni de distraerme, ni de nada de nada. Creo que es lo que llaman instinto de supervivencia. Yo tambien llevo enferma mucho tiempo, desde Febrero de 2009. Y he tenido meses muy buenos, de recuperación. Y he vuelo a recaer, y a medida que fue pasando el tiempo desde entonces he ido estando peor. Pero ahora siento que me estoy curando, a mi manera. Y lo se porque estoy tranquila, serena... y sobre todo porque tengo muchas, muchísimas ganas de volar.
Seguro que muchos de vosotros, acompañantes de pacientes, podeis comprender lo que he intentado transmitir con esta entrada.
Abrazos a todos.

3 comentarios:

  1. Hola Carmen, ayer por la noche leí tu entrada y no pude evitar emocionarme así que preferí dejar para hoy mi comentario.
    Mi padre murió de cáncer de pulmón en febrero de 2010 y aunque la situación era bien distinta a la tuya, cuando le suspendieron el tratamiento y supimos que ya no se podía hacer nada no sentí que el mundo se venía encima, si no todo lo contrario, sentí alivio. Alivio porque después de dos años de sufrimiento e incertidumbre, la pesadilla del cáncer tocaba a su fin. Tenía la certeza de que en un horizonte próximo, dejaría de levantarme y acostarme pensando en el cáncer y eso produce alivio.
    Mi situación era distinta, como ves, sólo había un posible final, en el caso vuestro, la nueva médula de Nacho puede hacer que cure su enfermedad y eso es lo que debe de moveros en este momento.
    A mí también me hacía gracia cuando la gente me decía que yo era fuerte, que al ser una persona racional, sabía llevar muy bien todo lo que iba pasando... en fin, que ya me gustaría a mí no tener que ser fuerte y no tener que estar preparada para lo que se avecinaba.
    Muchísimo ánimo Carmen, os envío mucha fuerza y mucha energía positiva para que Nacho salga del hospital con su nueva médula funcionando al 100%.
    Un besazo

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  2. Hola Carmen,
    A pesar que hablamos y que seguro que esto ya lo hemos comentado.
    Digo lo mismo que Nuria cuando mi madre murió, después de 8 años luchando contra un cáncer de mama, mi primer sentimiento fue de alivio. Dejaba de sufrir, se acaba esta pesadilla, podía descansar en paz. Durante esos 8 años no te puedo negar que hubo momentos de muchísima felicidad, disfrutamos de ella a tope y ella disfruto de la vida como nadie. Pero la historia no, no termino bien y lo peor de estas enfermedades es verles sufrir, eso te destroza el alma.
    Hoy lucho con mi pareja, esta vez fue la maldita leucemia la que volvió a entrar en mi vida. Cuando nos dieron la noticia, llame a mi hermana, llorando y lo primero que le dije fue “otra vez esta pesadilla no, otra vez no”.
    Tu ahora estas en un momento muy fuerte, muy intento y muy extremo. Es normal que ya no creas, es normal que no quieras ser positiva, estas cansada, cansada de la vida que algunos nos toca, porque no es que nos “toque” únicamente, sino que parece que no tiene fin, que nunca termina. ¿Tenemos que resignarnos?, ¿Tenemos que seguir creyendo?¿Tenemos que seguir escuchando cuando ya no nos quedan fuerzas,’ tu eres muy fuerte, tu puedes con esto y más’?¿Mas? Y piensas,…si ya no puedo ni dar un paso,…no soy fuerte, es lo que hay y mientras estas dentro no queda otra que seguir, levantarse, caerse y volverse a levantar otra vez. Son tus pies lo que te llevan, la inercia, ya no sabes quién eres, ni quien eras, ya no sabes qué esperas, ya no sabes si realmente vale la pena vivir así.
    Pero luego llegan otros en los que una sonrisa, una buena noticia, una mano amiga te hace volver a creer. Todo pasa como tú muy bien has dicho, la vida nos da muchas sorpresas, ahora solo ves las malas pero también habrá muchas buenas e incluso dentro de toda esta pesadilla habéis tenido la más grande. La de la prota de esta historia Nora, la razón de vuestra lucha.
    Te entiendo Carmen, yo me he sentido así muchas muchas veces,…

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  3. Gracias Nuria, Vicky, por vuestros comentarios. Besazos.

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